¿Qué es liderar en femenino?
En el postgrado de liderazgo femenino, Carmen García Ribas, nos decía que… liderarse es encontrarte allí donde encuentras tu identidad.
En numerosas conversaciones, y a lo largo de mi trayectoria como coach, me encuentro que la identidad es un término sencillo de escribir y pronunciar, pero muy difícil de aplicar y de entender.
Todos tenemos las capacidades suficientes para liderar y para liderar nuestras vidas, es por ello que inevitablemente me surge la pregunta ¿Qué entendemos por liderar y por liderar en femenino?
Cuando hablamos de liderar, rápidamente viene a nuestra mente la imagen de un buen líder y no hablo precisamente de un líder carismático, que también podría ser, me refiero mas bien al líder que con sus habilidades innatas y sus capacidades desarrolladas, tiene el arte de hacer que las cosas cambien, que mejoren, de transformar una situación poco deseada en otra mucho mas deseada, en transformar su propia realidad.
Si a esta definición le añadimos el concepto femenino, es cuando hablamos de Liderazgo femenino.
¿Qué nos impide liderar en femenino?
Hay dos conceptos que están implícitos en nuestro aprendizaje, crecimiento y cultura, que son como losas impuestas y nos desvían de nuestra propia identidad.
El primero seria la impostura, es decir, la falta de poder o firmeza de la mujer en determinadas situaciones y muy frecuentemente profesionales.
En ocasiones, simulamos intuitivamente comportamientos y actitudes masculinas, que nos hacen creer que tenemos ciertas conductas de igualdad y sin embargo, nos alejan de nuestra postura de poder, dándonos refugio, ante cualquier situación en la que podamos destacar.
Es decir, la impostura entendida como la actitud con la que abordamos determinados comportamientos, nos merman de poder y autenticidad; nos aleja de nuestro centro, alimenta el miedo y la inseguridad.
El segundo concepto sería la sumisión. La sumisión es algo tan sutil que en muchas ocasiones, y sin darnos cuenta, vivimos nuestra realidad desde ahí.
Generalmente, aquellas situaciones que nos hacen sentir pequeñas suelen ser el escenario perfecto para que de una manera innata, surjan ciertos comportamientos de sumisión, de necesidad de complacer, de agradar para buscar esa falsa protección, amor o seguridad.
Pues bien, liderar en femenino es vivir desde tu propia autenticidad, es autorizarse a ser, sin la falsa creencia del rechazo, es salir del perfeccionismo y de las creencias de comportamientos estrictos y conductas estrechas, es fluir.
Liderar en femenino es comunicar desde la serenidad y determinación, sin imperativos, con un objetivo claro, firme y comprometido; es comunicar sin miedo, permitiendo que se generen cambios transformadores y constructivos.
Por tanto, para liderar en femenino, es necesario iniciar el camino del autoconocimiento, de saber quién eres, qué es lo que mejor sabes hacer, qué es aquello que te gusta menos, qué es lo que quieres en tu vida y quién quieres ser, …cuál es tu identidad, aquello único y valioso que tienes y te da la seguridad de escribir todos y cada uno de los capítulos de tu vida.
¡Liderar en femenino es empoderarte… VIVIR!
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